Jóvenes y Memoria: recordamos para el futuro
Jóvenes y Memoria es una iniciativa de la Comisión Provincial por la Memoria, que comenzó a funcionar en 2002 en la provincia de Buenos Aires. Desde su creación, el programa fue creciendo año a año, sumando más estudiantes y docentes de toda la Provincia hasta replicarse paulatinamente en distintos puntos del país como Chaco, Santiago del Estero, Córdoba, Entre Ríos, La Rioja y ciudades como Trelew y Rosario.
En la Ciudad de Buenos Aires hubo un antecedente en 2007 que se llamó “Memoria Joven” con la participación de algunas escuelas porteñas, hasta que en 2010, a partir de la decisión del Ente Público Espacio Memoria y Derechos Humanos, se conformó la regional CABA desde el ex Centro clandestino de detención tortura y exterminio ESMA, hoy Espacio para la Memoria la Promoción y Defensa de los Derechos Humanos.
El programa promueve que les jóvenes puedan reflexionar sobre temáticas actuales desde sus realidades cotidianas, sus barrios, escuelas y grupos de socialización, a través de espacios participativos de debate y construcción colectiva de saberes, donde les jóvenes se constituyen en actores políticos y sujetos de derechos con capacidad de incidencia en los procesos de transformación de la realidad.
El programa fue declarado de interés educativo por el Ministerio de Educación de la Ciudad de Buenos Aires (Resolución Nª 3948/EGC/2016), y de interés, por la Comisión de Derechos Humanos de la Legislatura porteña (Resolución Nª675/2016).
¿Qué hacemos cuando vamos al Espacio Memoria y Derechos Humanos a los encuentros regionales? Se organizan charlas con referentes de organismos de derechos humanos: Madres, Abuelas, H.I.J.O.S. y Nietos. Se llevan adelante talleres recreativos y sobre metodología de la investigación, taller de video, radio, fanzines, instalaciones, charlas debate sobre temas actuales, visitas guiadas al Sitio de Memoria ESMA, reflexiones, análisis y actividades para fomentar el pensamiento crítico, como música, teatro entre otras.
La pandemia y distanciamiento social obligaron a preguntarnos qué hacer desde los Sitios de Memoria y así sucedió también con el programa Jóvenes y Memoria CABA. ¿Cómo adaptarnos a esta nueva situación? ¿Qué necesidades y expectativas tendrían las escuelas que año a año participan de esta y tantas otras propuestas pedagógicas?