En el marco de la primera Feria del Libro de Derechos Humanos «Derechos en letras», el Movimiento de poetas y artistas en defensa de la Naturaleza fundará un pequeño bosque de árboles nativos en el Espacio Memoria ex ESMA y lo nombrará Ana María Ponce, en homenaje a la poeta secuestrada y desaparecida en el centro clandestino que funcionó en el lugar durante la última dictadura cívico militar. 

La actividad se realizará el sábado 15 de marzo a las 16, en el espacio verde ubicado entre la Plaza Rodolfo Walsh y el Salón de los Pañuelos Blancos. Allí se cumplirá con el ritual que propone el movimiento: plantar un árbol y leer un poema y de esa forma realizar una primera acción- real y simbólica- destinada a incentivar la participación activa de diversos sectores en defensa de la naturaleza. En esta oportunidad, participarán lxs poetas Ciela Asad, Claudio Turica, Julián Axat, Julia Magistratti, Ema Vilches y Gito Minore.

Bosques de la Poesía es una iniciativa que está creciendo en la Argentina y en el mundo a partir de la idea del poeta salteño Leopoldo Castilla, reimpulsada junto a los colegas cordobeses Aldo Parfeniuk y Pedro Solans en diciembre de 2020, en reacción a los lamentables incendios que tuvieron lugar en el país a lo largo de ese año.

La propuesta: fundar pequeños bosques de árboles nativos en los pueblos y municipios de todas las provincias con proyección internacional (hasta el momento, ya se han fundado decenas de bosques en Córdoba, Salta, La Rioja, Santa Fé, Tucumán, Santiago del Estero y Provincia de Buenos Aires y hay cedidos predios en otros puntos del país. El proyecto se ha extendido en América Latina, con bosques fundados en Bolivia y Perú, en Andalucía, España y próximamente se inaugurarán dos nuevos bosques en México y en USA.

Las fundaciones son horizontales e impulsadas por artistas o poetas locales que se convierten en fundadorxs del bosque, promovido gracias al apoyo de sus Intendencias o Instituciones educativas. De esta forma se busca realizar una primera acción- real y simbólica- destinada a incentivar la participación activa de diversos sectores en defensa de la naturaleza. En cada bosque se ha previsto la creación de un Centro Cultural a cielo abierto, cuyas actividades pueden acrecentarse año a año con la participación de protagonistas de la cultura con otros eventos significativos (recitales, festivales, etc.); de esta manera, quedará como un legado para el pueblo y para las futuras generaciones.

Sobre el vínculo poesía y naturaleza que es la base de este movimiento, dice Aldo Parfeniuk: “la poesía es el gran sistema ecológico del lenguaje. En un mundo de discursos tóxicos, en los que ya no es fácil saber qué es verdadero o no, el poeta –que es el que no mercantiliza su palabra- es el único que habla desde la verdad de las cosas, resustancializando el lenguaje, porque es el único que escucha a las cosas en sus dolores o en sus alegrías.”

Paralelamente a la fundación de Bosques, el movimiento inició una acción destinada a impulsar una ley que proteja los derechos de la naturaleza en Argentina, basada en los modelos de Ecuador y Bolivia. Para este fin se creó CONASUD (Convocatoria por la Naturaleza como Sujeto de Derecho), agrupación que reúne juristas, referentes académicos, sociales y culturales, poetas y ambientalistas.

Por qué Ana María Ponce

El bosque que se fundará en el Espacio Memoria rinde homenaje a una detenida desaparecida de la ex ESMA.

Ana María “Loli” Ponce nació en San Luis en 1952 en el seno de una familia con raíces militantes. Después de recibirse de maestra, viajó a Buenos Aires para continuar su formación en la Universidad Nacional de la Plata. Allí comenzó a militar en la Juventud Peronista y en la Federación Universitaria de la Revolución Nacional (FURN), donde conoció a su marido, Godoberto Luis “Lucho” Fernández, con quién tuvo a su único hijo, Luis Andrés. “Lucho” Fernández fue secuestrado el 11 de enero de 1977 y desde entonces se encuentra desaparecido.

Seis meses después, el 18 de julio de 1977, Loli Ponce fue secuestrada en el jardín zoológico y trasladada a la ESMA. Durante su cautiverio, fue obligada a trabajar en el Sótano del Casino de Oficiales. En ese contexto, la escritura fue a la vez una forma del calvario y la posibilidad de resistencia. Manejó la composer, una máquina con tecnología de impresión mecánica, antecedente de la computadora y, gracias a eso, pudo acceder al papel y al tiempo mínimo para tipear o escribir a mano los poemas que llegan hasta hoy.

Que el Bosque de la Poesía fundado en la ex ESMA lleve su nombre es un modo de hacer que su palabra se siga expandiendo. Que su voz siga cuidando el futuro de todos.

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