Con tres horarios disponibles, el recorrido comenzó en la recepción ubicada en Av. del Libertador 8151 y atravesó varios puntos emblemáticos del predio, como la ex Plaza de Armas, hasta llegar al ex Taller de Automotores. Allí, los visitantes participaron en una activación con proyecciones que ilustraron el rol fundamental de este espacio en el sistema represivo implementado en la ESMA.

El Espacio Memoria y Derechos Humanos ofreció por primera vez la visita especial ‘Activación ex Taller Automotores/ Área de Logística represiva’. Esta actividad inédita permitió a cientos de personas explorar un lugar clave en la maquinaria represiva de la última dictadura militar, creando un espacio único para la memoria colectiva y la reflexión histórica.

El recorrido permitió comprender cómo el ex Taller de Automotores formaba parte de una estructura integrada al accionar represivo de la dictadura. Este espacio operó como un engranaje dentro de un sistema que incluyó a otros sectores del predio, revelando que no se trataba de una actividad aislada, sino de un mecanismo organizado y sistemático.

El coordinador del Área de Visitas Guiadas, Juan Burstein, explicó que desde hace muchos años las diferentes áreas del Espacio para la Memoria trabajaron para realizar una muestra en lo que fue el sector de logística represiva de la Escuela Mecánica de la Armada. Ubicado en el Departamento de Ingeniería, allí se realizaron tareas claves como la construcción de material represivo o la adaptación de vehículos para realizar secuestros, entre otras. “En la Noche de los Museos 2024, con la “Activación del taller de Automotores”, nos acercamos a la logística que permitió que la ESMA se transforme en unos de los CCDTyE con mayor nivel represivo en todo el país”, relató Burstein.

A partir del relato de los guías y las proyecciones de fotos, información clave y testimonios se logró reconstruir tanto el funcionamiento del taller donde se realizaba la adaptación y mantenimiento de vehículos operativos, como el lugar donde se fabricaban elementos destinados a la vigilancia, la tortura y el exterminio y el sector donde se realizaba trabajo esclavo, falsificación de documentos y material de propaganda del Grupo de Tareas.

En esa línea, Burstein adelantó que los visitantes pudieron ver, a través de distintas proyecciones, la futura muestra que habrá en el sector. “Abordamos testimonios de ex-estudiantes, conscriptos y sobrevivientes y explicamos el funcionamiento, también, de la imprenta y el campo de deportes. Estas dependencias de la Escuela nos ayudan a entender cómo las 17 hectáreas de la ESMA funcionaron como una unidad represiva”, aseguró.

Automotores, un lugar clave en la maquinaria represiva de la ESMA

Tras el golpe del 24 de marzo de 1976, el Taller de Automotores pasó a ser una de las instalaciones del predio más requeridas por el Grupo de Tareas de la ESMA. Aquí se adaptaron automóviles y otros vehículos utilizados en los operativos de secuestro. Además se construyeron elementos destinados a mantener cautivas a las víctimas y dispositivos empleados en el exterminio y ocultamiento de los cuerpos de las personas detenidas desaparecidas.

Este lugar constituyó una herramienta clave de la práctica criminal del Grupo de Tareas de la ESMA al cual garantizó la disposición inmediata del plantel automotor clandestino que sustentó sus operativos ilegales: el secuestro y asesinato de personas, el saqueo de sus bienes y la desaparición de sus cuerpos, a las que se suman otras acciones como la observación de objetivos y la detección de nuevas personas a secuestrar.

“Los automotores robados eran traídos a la ESMA y en su taller se modificaban las patentes, poniéndoles chapas de vehículos de modelos similares a los robados. Se les proveía documentación falsa para empleo de estos coches robados: tarjetas verdes, boletas de pago de patentes, cuya elaboración habían dejado a mi cargo”, Víctor Basterra, secuestrado desde el 10 de agosto de 1979 hasta el 3 de diciembre de 1983.

A tales fines, el Taller no sólo aseguró la provisión, diversidad y mantenimiento de los vehículos. Su actividad estaba moldeada por la clandestinidad, que requería la modificación exterior y el cambio de identidad de los vehículos. También allí se les incorporaban dispositivos técnicos (para amarre y tortura de secuestrados, para comunicaciones) que eran provistos por otros talleres del área.

La actividad fue incesante entre 1976 y 1979. Solventados los gastos con el dinero que el Grupo de Tareas robaba en sus operativos, el Taller original fue reorganizado y ampliado durante 1977. “Si bien el cargo tenía inventariados 56 vehículos, incluyendo 15 Ford Falcon, y varios camiones y ómnibus, las tareas operativas requerían cada vez mayor variedad y fue así como -primero recuperados de los enfrentamientos y luego obtenidos de modos no convencionales (concretamente sustraídos de la vía pública)- el plantel llegó a ser de 202 unidades”, expresó Scilingo en su libro “Por siempre nunca más”.

La reconstrucción histórica de lo ocurrido en aquí durante la última dictadura cívico militar está basada en la información proveniente de testimonios de sobrevivientes de la ESMA, investigaciones judiciales, archivos de la Marina y declaraciones de conscriptos, cabos y oficiales navales.

Una memoria colectiva para el futuro

La ESMA, hoy es un espacio reconocido por la UNESCO, es un símbolo de la memoria , la verdad y del reclamo de justicia de la sociedad argentina. El recorrido por el ex Taller de Automotores recordó que este accionar represivo, partió de un plan sistemático a nivel nacional, que dejó un saldo de 30.000 desaparecidos.

La actividad fue una oportunidad para reflexionar sobre el pasado reciente y reforzar el compromiso con los derechos humanos, en un espacio donde la memoria y la verdad son pilares fundamentales para garantizar que estos hechos no vuelvan a ocurrir nunca más.

 

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