Era menuda, cariñosa y alegre, por lo que en la Facultad la llamaban “Susanita”. Al hablar de ella, su familia, amigos y compañeros evocan su gran sonrisa. Creció en Parque Chas junto con sus padres y hermanos. La idea de construir una justicia que amparara a todos, en un país con enormes desigualdades sociales, la llevó a estudiar Derecho en la UBA y a militar en la Juventud Universitaria Peronista desde 1974. En 1975, entre denuncias a profesores que provenían de la dictadura anterior, asambleas y pintadas, conoció a otro estudiante, Marcelo Reinhold, su compañero.