“Nucho” nació el 2 de febrero de 1937. Creció en Caballito, en “la casa de la reunión familiar, la que cobijaba a los primos del campo cuando venían a estudiar, la que recibía a los refugiados políticos”. Fue hijo de Jaime y Sofía, quien dio vueltas a la Pirámide de Mayo cada jueves hasta su muerte, en 1985. El mismo día que Luis cumplió 15 años nació su hermano Eduardo, que evoca sus “complicidades infinitas y amor mutuo”. Cuando el padre de ambos murió, Eduardo sólo tenía 3 años, así que Luis también lo acompañó “en la regla de tres simple, el sujeto y predicado y los cuentos a la hora de dormir”.
Comenzó a militar en el Partido Comunista (PC) mientras cursaba en el Colegio Mariano Moreno. Tuvo una militancia crítica y abierta, con contactos con el ERP y gente de distintas vertientes. A los 18 años ingresó en la carrera de Medicina de la UBA. “Era médico con su corazón, con sus convicciones”. En una oportunidad –recuerda Eduardo– un médico le habló a sus residentes con crudeza sobre un paciente que no podía moverse ni hablar. Como si el paciente, allí inmóvil frente a ellos, no existiera. Cuando todos se fueron, Nucho se sentó a su lado y le agarró la mano: “si me escuchás, pestañeá”, le dijo, y de esa forma entablaron un diálogo.
Tuvo tres hijos; y una familia que lo extraña y recuerda su sentido del humor, sus imitaciones y su timidez. Dibujaba caricaturas de todo lo que le llamaba la atención. Era serio y concentrado trabajando, divertido y de humor ácido en la intimidad.
Nucho fue secuestrado el 30 de julio de 1977 en la guardia de Asistencia Pública de Boulogne y visto en el CCD-ESMA. Tenía 40 años,aún permanece desaparecido.