José María creció en Olivos, en un hogar de clase media tradicional. Era el hermano del medio de cinco: dos varones y dosmujeres. Con una fuerte impronta católica en su familia, de chico fue Boy Scout. A Pepe le gustaban mucho los deportes, practicaba y competía en regatas de remo. Era muy sensible, curioso y “comprador”. Sus hermanas recuerdan que “al ser tantos teníamos cada uno una actividad: lavar los platos, comprar el pan… ¡y a él nunca le tocaba nada! Vos hacías lo de él porque era simpático y te compraba enseguida”.
Luego de un viaje de mochilero por el norte del país, ingresó a la facultad a estudiar ingeniería electrónica. Era muy inteligente y aunque sus hermanas nunca lo vieron sentarse a estudiar, siempre se sacaba notas brillantes. Leía tan rápido como hablaba. En esos años profundizó su compromiso político y comenzó a militar en la JUP y luego en Montoneros. Allí realizaba tareas de inteligencia y documentación, que permitieron a muchos de sus compañeros salir del país.
En la facultad conoció a Mirta. Con ella se mudó a una casa muy humilde en Lanús donde empezaron a construir su hogar a la espera de su primer hijo, al que no pudo conocer. En esos tiempos Pepe montó un pequeño local en la esquina de su casa donde reparaba electrodomésticos.
El 12 de marzo de 1977 fue secuestrado por un grupo de tareas de la ESMA. El 2 de junio del mismo año, los medios anunciaron su “muerte en enfrentamiento”, un tiroteo fraguado en el barrio de Caballito. Dos meses después, su familia pudo recuperar el cuerpo. Tenía 22 años.