Historias de vida y militancia
Ángela María Aieta de Gullo
Nacida en Calabria, al sur de Italia, llegó a la Argentina de chiquita, junto a sus padres. Se casó con Humberto, también italiano, con quien tuvo cuatro hijos: Humberto, Leopoldo, Dante y Jorge. Vivieron en Bajo Flores, en la casa que ellos mismos construyeron y que todavía hoy pertenece a la familia. María era solidaria, alegre, jovial, osada y enérgica. Era ama de casa y colaboraba con su marido en la verdulería que tenían en el barrio. Cosía muy bien y fue la costurera del estandarte de la Juventud Peronista que sus hijos y compañeros estrenaron en un acto en Bahía Blanca en 1972.
En 1975, cuando su hijo Dante –máximo dirigente de la JP-Regionales– fue detenido, comenzó a participar activamente en la Comisión de Familiares de Presos Políticos. A pesar del complicado momento familiar, María vivió la militancia con intensidad.
Fue secuestrada en su casa el 5 de agosto de 1976 y llevada al CCDTyE ESMA.
Jorge Salvador Gullo
«Lucho» era el hijo menor de la familia. De pibe le gustaba ir a la cancha y jugar al fútbol en la calle, donde se destacaba por entrega y habilidad. Egresó como maestro del Colegio Mariano Acosta y fue celador en el Bernardino Rivadavia. Le faltó una materia para terminar la carrera de Derecho en la UBA. Era un “tipo comprensivo, alegre, trabajador y exigente consigo mismo» cuenta su familia.
Inició su militancia política en la Juventud Peronista y más tarde en Montoneros. Comprometido con la gente de su barrio, militó en la Unidad Básica Mariano Pujadas de Agustín de Vedia y Somellera.
Luego del secuestro de su madre en 1976, y estando su hermano detenido, viajó al exterior para denunciar la grave situación del país, logrando entrevistarse con figuras políticas y sindicales internacionales. Extrañaba muchísimo a su hija y cada vez que podía la llamaba por teléfono.
Regresó a la Argentina en el marco de la Contraofensiva. El 26 de abril de 1979, mientras participaba de la organización de la huelga general de la CGT, fue secuestrado y llevado al CCDTyE ESMA. Jorge tenía 28 años y Ángela 56. Ambos continúan desaparecidos.
Este es un proyecto realizado en conjunto entre:
