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Seis árboles autóctonos rioplatenses y otras especies aportadas por trabajadores de distintas instituciones, quedaron plantados en las 17 hectáreas del Espacio Memoria ex ESMA en el marco de la campaña #plantamosmemoria con la que los organismos de DD.HH convocaron a la sociedad a sembrar 30 mil árboles «por lxs compañerxs detenidos y desaparecidos y por el futuro».

Pese a la imposibilidad de realizar la marcha a Plaza de Mayo a #45AñosDelGolpeGenocida, un nutrido grupo de nietos  y bisnietos de las Abuelas de Plaza de Mayo, Madres de Línea Fundadora, Hijos, familiares de Detenidos Desaparecidos nucleados en distintas organizaciones, sobrevivientes del ex centro clandestino y trabajadorxs de las distintas instituciones que conforman el Espacio Memoria recorrieron seis puntos del predio del barrio de Núñez cumpliendo con la propuesta. 

Los acompañaron miembros del directorio de Organismos de DD.HH de la ex ESMA, funcionarios de la Secretaría de Derechos Humanos de la Nación   y representantes de la Comisión Nacional de Prevención contra la Tortura, entre otros. 
En cada posta, un grito: ¡30 mil compañeros detenidos desaparecidos presentes, ahora y siempre!

ACUMAR  aportó los árboles y seleccionó especialmente cada especie a partir de un atributo relacionado con cada organismo receptor. En la Casa por la Identidad, de Abuelas de Plaza de Mayo , los nietos y nietas recuperados y sus hijxs plantaron un Tala que simboliza el tesón y la perseverancia.

El Aromito o Espinillo fue sembrado por los estudiantes de la tecnicatura de música popular en el jardín de la Casa Nuestros Hijos la Vida y la Esperanza, de Madres Línea Fundadora porque simboliza la lucha y la esperanza. El Curupí, fue sembrado por Lita Boitano, Graciela Lois y su familia en la casa 30 mil compañeros Presentes, de Familiares de Desaparecidos y Detenidos por Razones Políticas, como símbolo de las redes de contención.

El Timbó o Pacará fue plantado en los jardines del Museo Sitio de Memoria ESMA por los sobrevivientes del ex centro clandestino Néstor Fuentes, Laura Reboratti y Ricardo Coquet,  porque es un elemento poco común, una esperanza y canto a la vida. Allí, lxs trabajadorxs del Museo, plantaron además un árbol de palta.

Un Palo amarillo, que representa la unión de toda la humanidad y sus diferentes cosmogonias religiosas, fue destinado al Colectivo Interreligioso Espacio Patrick Rice, aunque por el tamaño que puede desarrollar, debió reemplazárselo por uno más pequeño que pertenecía al activista irlandés. Lo sembraron representantes de Palotinos por la Memoria, Fátima Cabrera, esposa de Rice, y su hija Amy. 

Finalmente, un Ceibo, flor nacional argentina y de la hermana República Oriental del  Uruguay fue asignado al Museo Malvinas e Islas del Atlántico Sur. Lo plantaron la Madre Taty Almeida, Lita Boitano, el ministro de Cultura, Tristán Bauer, Daniel Filmus y el titular del Museo, Edgardo Esteban.

Lxs trabajadores y trabajadoras de Contenidos Públicos Sociedad del Estado, que tiene su sede en el Espacio Memoria, también se sumaron a la convocatoria y plantaron un árbol en los jardines que dan a la calle Rivadavia.