A sala llena, los salones Mabel Gutiérrez, del Edificio Cuatro Columnas y Nicolás Casullo, del Centro Cultural de la Memoria Haroldo Conti fueron sede de las charlas «Memoria de los trabajos de la CONADEP» y «Los consensos del Nunca Más» con las que el Espacio Memoria ex ESMA conmemoró el 40º aniversario del informe del Nunca Más, momento clave de la la construcción de la democracia en la Argentina.
La entrega del informe de la CONADEP titulado «Nunca Más» significó el punto de inflexión que le permitió al país comenzar a construir una democracia asentada en el Estado de Derecho e iniciar el trabajoso camino de Memoria, Verdad y Justicia que 48 años después se traduce en alrededor de 350 juicios con sentencia y 1216 condenas a los responsables del terrorismo de Estado de la última dictadura.
40 años después, trabajadores de la comisión, familiares de las víctimas, sobrevivientes, veteranos militantes de los organismos de derechos humanos y jóvenes se dieron cita en el auditorio Mabel Gutiérrez de la ex ESMA para escuchar un panel que formaron María Eugenia Lanfranco; el fotógrafo Enrique Shore, la sobreviviente de la ESMA Laura Reboratti y el abogado Eduardo Schiel, quienes bajo la moderación de Valeria Barbuto compartieron sus recuerdos de esa gesta, y la forma silenciosa, comprometida, y voluntariosa, con que recopilaron durante nueve meses información, documentación, testimonios y denuncias sobre el horror que padeció el país bajo la última dictadura cívico militar.
Al abrir el panel, Barbuto destacó la importancia de visibilizar los testimonios de los trabajadores de la Comisión. “Se trata de memorias que tuvieron poco lugar si se las compara con las de los notables, los políticos y lo que se hablado de la función y el legado de la CONADEP”, planteó. “Las voces de quienes hicieron posible esa experiencia, ese hito, ese mojón en la democracia argentina han tenido un lugar menor”, sostuvo Barbuto, y añadió: “En momentos como los que vivimos, de enormes cuestionamientos a la política de Memoria, Verdad y Justicia, pensamos que era imprescindible rescatarlas porque no sólo traen la memoria de un momento que fue fundante para nuestro país, sino un compromiso, que es individual pero se transformó en colectivo, en una red solidaria”.
María Eugenia Lanfranco fue la integrante más joven que tuvo la Comisión creada en 1983. En su alocución recordó cómo fueron sus comienzos en la elaboración del informe. “Al principio trabajé en el archivo, armando las carpetas, poniendo un número a cada testimonio que íbamos recibiendo en ficheros metálicos donde los guardábamos sistemáticamente”, agregó. “Pero luego de unas semanas, como era tanta la tarea que había, me pidieron si podía renunciar a mi trabajo de la mañana, y pasé a conformar el equipo junto a mis compañeros con un contrato por ese periodo”, sostuvo Lanfranco y resaltó las condiciones bajo las cuales realizaron su labor. “El trabajo fue absolutamente artesanal. Teníamos pocas máquinas de escribir. La mayoría de los testimonios, o al menos todos los que yo tomé, los tomé a mano”.
Laura Reboratti es una sobreviviente de la dictadura. Estuvo detenida en el centro clandestino que funcionó en la ESMA. “Cuando se abre la convocatoria a la Comisión, me pareció interesante pero no tenía contactos ni conocía a nadie. Igualmente me pareció muy importante presentarme, porque cuando salgo libre de la ex ESMA, en ese momento yo supe que tenía que hacer un ejercicio de memoria muy grande para poder contar en algún momento lo que sabía, porque me di cuenta de que muchos no iban a poder contar nada”, aseguró. En esa línea, agregó: “Yo creo que la existencia de la Comisión fue para mí el primer escalón de la esperanza. Abrió la puerta para que nosotros pudiéramos después, cuando llegó el momento de los juicios, seguir avanzando y dar testimonio para que haya memoria, verdad y justicia”. “El trabajo que ustedes han hecho no tiene precio”, agregó Reboratti sobre los trabajadores de la Comisión.
Enrique Shore es fotógrafo. Por su profesión, un abogado amigo suyo vinculado a la recientemente creada Conadep le propuso que se incorpore para tomar registro de las recorridas que la Comisión haría por todo el país. Una de las visitas que rememoró Shore es la que hicieron al Pozo de Quilmes. «En un calabozo muy pequeño, descubrimos una inscripción en la pared que decía ‘Dios mío, ayúdame’. Eso fue tremendo», recordó. También repasó la visita al llamado Palacio Policial de la provincia de Mendoza, donde recorrieron los calabozos en los que hubo detenidos desaparecidos. En uno de ellos descubrieron una pila enorme de libros, recordó, y relató una situación inesperada: “Una de las personas que nos acompañaba, una mujer, reconoció uno de sus libros por la dedicatoria que tenía firmada».
Eduardo Schiel estuvo detenido entre 1976 y 1981 en distintas cárceles del país. “Cuando sale lo de la CONADEP, me pregunto ¿Qué será esto?, quiero participar”, contó. En esa línea repasó en qué consistía la labor que le habían encomendado. “La tarea mía era revisar los cientos de testimonios que mandaban las compañeras que tomaban denuncias, que ellas con su buen criterio interpretaban que eran temas que podían ingresar en el informe, y lo mandaban. De eso tenía que seleccionar a ver cuales ingresaban al Nunca Más”, apuntó. Otro de los objetivos de su trabajo era la compaginación del informe, en un contexto de improvisación y recursos precarios. “En este cúmulo de información que no se podía procesar, porque no había computadoras, lo que ocurría era el libre albedrío de cada uno en el marco de una gran improvisación», sostuvo.
Debatir el pasado y el presente del Nunca Más
La segunda charla “Los consensos del Nunca Más” contó con la presencia de Emilio Crenzel, sociólogo, autor del libro “La historia política del Nunca Más”; Marina Franco, doctora en Historia de la UBA; María O, Donnell, politóloga, periodista y escritora y Javier Trímboli, profesor de Historia, bajo la moderación de Matías Cerezo, director de Proyectos Culturales del Centro Cultural de la Memoria Haroldo Conti.
En esta mesa se debatió sobre los objetivos que persiguió el pacto democrático implícito en el Nunca Más y su vigencia en el contexto político actual.
En la apertura de la charla, el sociólogo Emilio Crenzel analizó las reacciones que generó el informe: “Estos hechos suscitaron fuertes y virulentos rechazos discursivamente ya que incluyeron por un lado el negacionismo de la existencia de desaparecidos, el rechazo de las pruebas recabadas y el virulento cuestionamiento de la idoneidad de los comisionados. Y sufrió la relativización de la existencia de desaparecidos mediante su igualación con los muertos causados por las guerrillas, la discusión de su número orientada por la voluntad de descalificar la gravedad del crimen y finalmente la justificación, reivindicación y apología de los crímenes de Estado”.
Crenzel reflexionó sobre el vínculo del Nunca Más con la coyuntura: “La reiteración desde hace 40 años de la consigna Nunca Más desmiente de algún modo el carácter taxativo de esa afirmación, parece que decimos “Nunca Más y ya está”, sin embargo desde hace 40 años que la venimos repitiendo lo que evidencia que esa consigna es parte de un proceso de lucha que aún continúa”.
El historiador Javier Trimboli destacó las ideas de pensadores argentinos como José Ingenieros, Aníbal Ponce, Esteban Echeverría, Horacio González, entre otros y en esa línea reflexionó sobre el presente: “Venimos montados en una línea de entendimiento y de adaptación con la época, haciéndolo con revolucionarios de fondo, recostados en la memoria de ellos, de sus vidas sesgada”. En ese sentido, advierte que «es hora de detener el entendimiento y adaptación con la época, no hay que buscar en los antepasados, sino buscar lo mismo que ellos buscaron». Y agrega: “Hay una herencia interesantísima en el peronismo y en la militancia revolucionaria de los 70, es ahí donde hay que ir para pensar otra Argentina, otra forma de vivir y otra forma de pensar, ya que nuestro pensamiento se está agotando”.
Trimboli recordó la película “Argentina, 1985” y el consumo masivo que tuvo el film: “Haber celebrado la película daba cuenta que no se podía retroceder, de que habíamos aprendido, no solo por las investigaciones, por los libros y las memorias sino también por las luchas, las militancias, por el mismo devenir de la historia sobre la dictadura y la militancia revolucionaria. Todo esto nos permitiría convencer a las nuevas generaciones de lo valioso que es la democracia y la defensa de los Derechos Humanos” Y continúa: “Fenomenal ironía de la historia, fenomenal anzuelo que esta película y su celebración casi monolítica y acrítica que su consumo masivo haya antecedido apenas en meses el triunfo del actual presidente, se trató de una ilusión de que todos juntos habíamos ganado la añoranza de una unanimidad democrática que nunca existió”.
La especialista en historia argentina Marina Franco explicó que “es importante pensar el pacto del `Nunca Más’ no solamente como la asociación habitual que hacemos en relación con la CONADEP, los derechos humanos, la reconstrucción democrática, la condena de la violencia estatal y política sino pensarlo en un sentido más amplio, como hito fundante de nuestra democracia”. Y agregó: “En ese momento, ese pacto se trataba de la promesa de la democracia social, de la promesa de derechos sociales, la promesa de la inclusión”.
Sin embargo, Franco aseguró que el pacto del Nunca Más como referente simbólico de la democracia argentina “está agotado”. “Estamos frente a un nuevo ciclo histórico asociado a la presencia de la nueva extrema derecha, pero no podría decir que esta nueva extrema derecha es en realidad la concreción de ese agotamiento ya que es algo que se venía construyendo previamente y es lo que nos escenifica con toda claridad ese agotamiento”. Y agregó: “Estos 40 años no fueron un paréntesis pero estamos frente a un proceso de agotamiento de esos consensos en los múltiples sentidos en que los que se construyó la democracia a partir de 1983”.
Finalmente, la periodista María O’ Donnel resaltó que en Argentina en comparación con otros países, sobre todo latinoamericanos, «si se genera una situación en la que se atenta contra algunos de los derechos fundamentales de nuestro sistema democrático, existe todavía un cierto consenso social que no se termina de romper». En esa línea, describe el caso de la nena que fue gaseada en Plaza de Mayo en medio de una movilización: «Ese hecho generó un debate, una cierta observación respecto de lo que atenta contra uno de los derechos fundamentales de nuestra democracia como es es el derecho a la protesta”
Por otro lado, la periodista analizó el debate actual que circula en relación al informe del Nunca Más: “Algunas de las cosas que están pasando hoy, sin que esto signifique culpabilizar a nadie, entran por hendijas de lugares que estuvieron obturados al debate de una manera que considero además poco histórica. Me parece que a veces ciertos debates que se obturan vuelven y tienden a volver de la peor manera y a veces pienso que es un poco también lo que nos está pasando con relación a la discusión puntual de lo que fue el consenso del Nunca Más”.